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martes, 8 de marzo de 2011

Cultivando y Gestionando CdPyA

Cultivar: Poner los medios necesarios para mantener y estrechar el conocimiento, el trato o la amistad. || Desarrollar, ejercitar el talento, el ingenio, la memoria, etc.

Gestionar: Hacer diligencias conducentes al logro de un negocio o de un deseo cualquiera.

Son los significados (según DRAE (1)) de estos dos conceptos, que considero vitales para el análisis de las CdPyA.


Seres humanos con intereses comunes se agrupan para apoyarse y de la mano aprender y construir lazos importantes que les lleven a adquisición de nuevos conocimientos los cuales hacen que sus prácticas sean más reflexionadas y tiendan a evolucionar.

Etiene Wenger(2) considera que son varias las características para un buen diseño de una CdP, una de ellas tiene que ver con los grupos de discusión, donde las interacciones entre participantes nos permiten ver los diferentes roles que estos cumplen dentro de la misma en sus diferentes escenarios, conversaciones pragmáticas y otras (más relajadas) permiten que esas relaciones se fortalezcan no únicamente desde el plano académico. Wenger nos ofrece siete principios que se deberían contemplar en los diseños de comunidades de práctica, yo diría que no solo en su creación sino en toda su existencia (mientras esto suceda) estos principios deberían ser cultivados y gestionados por no solo el “líder o coordinador” sino por los participantes:


Los anteriores principios no los enumero (del 1 al 7) así como el autor específica, ya que estos trabajan juntos, no son considerados independientes estrictamente hablando. Entonces, ¿Qué aspectos considerar en la creación de CdPyA? Al pensar en el futuro próximo (una esperada evolución) el término “catálisis” (Qu. Transformación química motivada por sustancias que no se alteran en el curso de la reacción (1)) dentro del contexto de las CdP nos sugiere que necesariamente debe haber espacios dinámicos, que tiendan a favorecer la evolución de la comunidad en equilibrio, este es un aspecto que vale la pena considerar en la creación de CdP, así como éstas emergen de las necesidades e intereses de las personas, donde la participación de sus miembros es vital para su crecimiento y desarrollo. Dominio (lo que nos convoca, el interés, lo que nos define en una comunidad), Comunidad (los interesados, practicantes) y práctica (las vivencias, tales como la experiencia, historias…) son 3 de los aspectos que nos acercan a la comprensión de lo que es una CdPyA y las implicaciones antes, durante y después de su creación.

Ahora bien, ¿Cómo gestionar CdPyA?
Partamos de que en la diversidad de los integrantes de una comunidad está un interesante proceso de construcción de conocimiento, así lo afirma también Galvis(3) en su documento. Se aprende de otros y con otros, las interacciones y los productos de las mismas generan una construcción de conocimientos que pueden ser aplicados a la práctica. También afirma que una comunidad puede estar orientada de diferentes maneras: Reuniones, conversaciones de final abierto, proyectos, contenido, experiencia, relaciones, participación individual, nutrir o cultivar comunidades, servicio a su contexto.


Wenger y Galvis sugieren la realización de actividades (con sentido) que promuevan las interacciones sociales, ya que sin participación no hay comunidad. Se convierte así en un compromiso para los integrantes al ser parte(activa) en cada uno de los escenarios de desarrollo (Potencial, Coalescing, Maturing, Stewardship and Transformation, como lo propone Wenger).

Dos de las amenazas (así lo leo) a las comunidades y su superviviencia es la “Falta de tiempo” de los participantes, así como la “Motivación”. Es entonces donde gestionar sobra significado. Gestionar desde las prácticas sociales (formales e informales) dando lugar a conversaciones pragmáticas que posteriormente nos lleven a producciones publicables y al mirar atrás y adelante se haga evidente la evolución sino de toda, de gran parte de los participantes y sus lazos. Un papel importante el que debe asumir el facilitador, por ejemplo, el hecho de vincular a los miembros (apáticos tal vez, tal vez )a las discusiones. Me pregunto,

¿Qué mecanismos nos permiten mantener saludable a la comunidad de principio a fin?

¿Cómo enfrentar esas “amenazas” y tensiones cuando se hacen evidentes y pareciera que no hay luz en el camino?


1. DRAE. Microsoft® Encarta® 2007. © 1993-2006 Microsoft Corporation.

2. Etienne Wenger, Richard Arnold McDermott, William Snyder (2002) “Cultivating Communities of Practice”. Harvard Business School Press. Boston. Cap 3 – 4 .

3. Galvis, A., Tobón, M., Salazar P. (2008). “Hacia una gestión efectiva de comunidades virtuales. Antología”. Pg 37 – 55.

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